Por Leticia Martin / @leticiamartin
Nicolás Mavrakis es crítico, periodista cultural y escritor. Publicó el libro de cuentos No alimenten al troll (Tamarisco, 2012) y del ebook de ensayos #Findelperiodismo y otras autopsias en la morgue digital (CEC, 2011). Dicta cursos de literatura y periodismo, colabora en Amphibia, Revista Ñ (Clarín), Cultura (Tiempo Argentino) y Crisis. Conversamos con él para RT//
Semanas atrás te confesaste en Revista Tónica espectador de Spartacus, serie a la que definiste como “la historia de la insatisfacción ante las reglas del dinero”. ¿Qué cosas te dan satisfacción?
La tranquilidad, el silencio y la buena compañía. La inteligencia negativa que socava la estupidez positiva me da satisfacción. El trabajo y la voluntad también me resultan satisfactorios. La queja es una de mis mayores satisfacciones porque es una pasión inútil.
¿Qué tan importante es el dinero en tu vida?
Es muy importante. Siempre lo estoy persiguiendo. Cuando lo alcanzo prefiero mantenerlo bajo cautiverio para que me sirva con obediencia. Le marcó a fuego mi pertenencia, castigo con violencia cualquier intento de fuga y no me interesa que se pudra en su condición de servidumbre. Si se escapa, recurro a toda mi seducción para que vuelva.
¿Cuál es tu tuitero favorito?
@Volquetero, porque es como los anarquistas que preferían las bombas molotov antes que las balas porque así se aseguraban que a alguien iban a alcanzar siempre, tiraran para donde tiraran.
¿Cómo ves series, en qué ámbitos y momentos. Las alquilás, las descargás, las ves on line?
Prácticamente ya no veo series ni películas. Los sábados a la tarde decidí que TCM tiene todo lo que necesito ver, no es un consumo que me interese demasiado. Las últimas series que vi fueron Spartacus, Flight of the Conchords y la versión argentina de En terapia, que ya había visto en versión norteamericana como In Treatment. Las series siempre las vi en compañía porque necesito comentar o escuchar comentarios sobre lo que veo. También necesito que me expliquen muchas cosas. Flight of the Conchords la vi en DVD, Spartacus e In Treatment las vi descargadas y En Terapia la miraba los sábados a la noche por televisión porque pasaban todos los capítulos de la semana juntos. Descubrí que tengo mucha admiración por Diego Peretti. Fui a ver El placard y aplaudí mucho.
¿A qué periodista salvarías de la hoguera?
A Christopher Hitchens, que se murió sin permitirse creer en Dios. Los que trabajan para el gobierno de la ciudad de Buenos Aires en una AM que no escucha nadie también me dan bastante pena, pero me gusta saber que se queman todos los días en soledad.
¿Qué le sacarías a tu profesión?
La parte en que hay que convencer a alguien a quien no le importa saber o descubrir algo de que uno tiene una buena idea sobre lo que un tercero sabe o descubrió hace tiempo. También le sacaría los lamentables momentos en que uno tiene que tratar con la absoluta ausencia de talento y con la más impiadosa estupidez, porque son fuerzas que absorben y contaminan.
¿Por qué creés que tenés esa compulsión por la lectura?
Es una buena pregunta comparada al asunto de las series. No miro series porque prefiero leer. Es más entretenido todavía lo que alguien codifica en buena prosa que cualquier serie. En terapia me gusta probablemente porque es la menos televisiva de todas las series: se sostiene sobre el lenguaje y sobre casi nada más. Supongo también que si la lectura presupone un acto de inteligencia, es más seductor ese ejercicio intelectual que una propuesta audiovisual donde la cuestión del sentido está necesariamente menos librada a la interpretación.
¿Qué no le puede faltar a una mujer?
Belleza e inteligencia, en ese orden. Y entre la belleza y la inteligencia, la belleza.
¿Qué le sobra a la web?
No le sobra nada a la web, excepto algún cavernícola que pretenda legislarla.
¿Cómo definirías tu relación con la escritura?
Utilitaria, por los mejores y por los peores motivos.
